Experiencia personal
Historia personal/experiencia
Soy Eleni, nací en Creta, tengo 92 años, y esta es la historia de mi vida. Cuando tenía 14 años, mi familia me obligó a casarme con un hombre de 32 años. Tuvimos tres hijos, afortunadamente todos varones. Trabajé todos los días para mantener económicamente a mi familia. Trabajaba como agricultora en los campos y a veces como obrera en una fábrica, pero mi esposo nunca ayudaba, nunca cuidaba a nuestros hijos. Al final de cada jornada laboral, también tenía que limpiar la casa y preparar la cena. Cada día era una sorpresa porque nunca sabía lo que sucedería: algunos días me golpeaba sin razón, otros no. Aún recuerdo cómo me ataba a una silla solo porque le apetecía. En un momento, decidí emigrar a Alemania para escapar del abuso de mi esposo, pero también para ganar más dinero para mis hijos, para que pudieran estudiar y tener una infancia feliz. Mientras yo estaba fuera, mi esposo me envió muchas cartas, amenazando con enviar a nuestros hijos a un orfanato si no regresaba. Sabía que lo haría sin dudar si no obedecía, así que regresé a Grecia, reconociendo que, gracias a mi apoyo económico, mis hijos tendrían un futuro. Hoy en día, todos tienen carreras brillantes: el mayor es neurocirujano, el segundo es farmacéutico y el tercero trabaja en el ámbito médico. Los salvé de una vida de privaciones, abusos y frustraciones, y eso me enorgullece. Mi vida no fue idílica, estuvo llena de sacrificios, miedo, falta de amor y muchas dificultades. Pero al menos hoy, al mirar atrás, me siento orgullosa de lo que logré construir a pesar de todo, a pesar de los momentos oscuros y el terror constante que siempre acechaba.
Parte general
Sobre el papel, las mujeres están bien protegidas por la ley en Grecia hoy en día. De hecho, en 2010 se introdujo una ley que garantiza, al menos en teoría, el trato igualitario entre hombres y mujeres en cuanto al acceso al empleo, el desarrollo profesional, la formación y el salario, en línea con las directivas europeas.
Esta historia es poderosa, y los datos que siguen demuestran que no está en absoluto sola…
Discriminación legal en los derechos laborales
Sin embargo, en la práctica, las cosas son bastante diferentes. Las empresas privadas todavía tienden a preferir a mujeres solteras y sin hijos, y una vez contratadas, las mujeres ganan un 12,5% menos que los hombres por los mismos roles y responsabilidades, según los datos de Eurostat. Estas disparidades, combinadas con factores culturales que aún confinan a las mujeres al rol de esposa y madre, han desalentado la participación femenina en el mercado laboral. La crisis económica de 2009 exacerbó aún más este problema, aumentando el número de mujeres empleadas en sectores precarios y mal remunerados. Además, tras el brote de la pandemia, el desempleo femenino aumentó drásticamente.
Tiempo dedicado al cuidado no remunerado y trabajo doméstico
En los tres primeros trimestres de 2020, la mayoría de las personas que no buscaban activamente empleo eran mujeres. Esto probablemente ocurrió porque muchas mujeres decidieron poner en pausa sus carreras para dedicarse a sus familias o se vieron obligadas a asumir este rol debido a la falta de apoyo, lo que las dejó sin opción más que hacerse cargo de las responsabilidades domésticas y familiares. El matrimonio sigue siendo la forma predominante de unión para las parejas en Grecia, ya que el concepto cristiano de familia sigue profundamente arraigado. Como resultado, la convivencia y tener hijos fuera del matrimonio no son ampliamente aceptados, especialmente en las zonas rurales. Es por eso que muchas mujeres jóvenes se casan a una edad temprana.
Brecha de género en puestos de alta dirección
Aunque en 2020 se eligió a la primera presidenta mujer de la República Helénica, las mujeres están subrepresentadas en la política griega. En febrero de 2024, solo el 23% de los escaños parlamentarios eran ocupados por mujeres.
Violencia doméstica
En cuanto a la violencia contra las mujeres en Grecia, los datos de Eurostat recopilados entre septiembre de 2020 y marzo de 2024 muestran que el 37% de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual desde los 15 años. Además, el 52% de las mujeres ha sufrido consecuencias debido a violencia física y/o psicológica desde los 15 años. Alarmantemente, el 16% de las mujeres que experimentaron violencia física y/o psicológica de cualquier agresor en los últimos 12 meses no lo contaron a nadie, lo que demuestra que las mujeres aún luchan para denunciar debido al estigma social.